martes, 5 de abril de 2011

Federales regresan la violencia a Reynosa

Reynosa, Tam.- En tan solo una semana ya han protagonizado alrededor de diez enfrentamientos y causado múltiple daño colateral.

Reynosa, Tam.- La tarde del lunes nuevamente volvieron a sonar los fogonazos de las armas largas, ésta vez por el rumbo de la colonia Rodríguez, donde a su paso, los elementos de la Policía Federal dejaron daños, y un olor que parecía haberse ido de ésta ciudad, a pólvora, sangre y muerte.
Eran cerca de las seis de la tarde cuando los estruendos surgieron de entre las calles, Rosalinda Guerrero, Rio Purificación y calle sexta, originando el pánico entre los habitantes de ese sector, pues se suscitaba uno más de esos arranques que los policías federales han tenido en ésta frontera sin medir el peligro para el ciudadano común.
Ahí, varios vehículos que permanecían estacionados registraron daños, siendo dos de ellos atravesados por los proyectiles disparados a discreción por los enviados de la ciudad de México.
Dos camionetas, una de reciente modelo, recibió dos impactos, uno de ellos atravesó la caja y salió para seguir su trayectoria, alcanzando otra camioneta más vieja que también fue perforada como mantequilla y finalmente ir a incrustarse las ojivas a la fachada principal de la casa marcada con el número 2114 de la Rio Purificación.
El comportamiento de los federales se debía a que trataba de detener la marcha de una camioneta Denali del año, color negra en la que, se dice, viajaban tres personas, de las cuales se desconoce cuántas murieron, pues según se supo, una o dos fueron detenidas, aunque de esto, las mismas autoridades no han dado a conocer ni el más mínimo detalle.
La Denali acabó incrustada de reversa contra un vehículo tipo Yaris que se encontraba estacionado a la orilla de la banqueta, registrando severos daños en su parte trasera que lógicamente los Policías Federales no le van a cubrir.
Fueron minutos de terror lo que los vecinos de ese sector volvieron a vivir, ya que al ver el comportamiento de los federales, que no se detuvieron ni un solo segundo a pensar en la integridad física de los ciudadanos, prefirieron buscar refugio donde fuera posible y con el miedo a ser confundidos en esas fracciones de segundos que suelen ser factor para los errores mortales.
También los medios de comunicación que llegaron minutos después de ocurrida la situación, fueron delimitados en su zona de trabajo, requeridos de identificación laboral y personal, para que todavía de paso fueran dejados a cierta distancia y en la mira de uno de los agentes que portaba una pavorosa arma larga, abastecida con una larga carrillera que al más puro estilo de Rambo modelaba el encapuchado.
En todo momento los medios de comunicación fueron mantenidos en la mira del irresponsable elemento que incluso fue grabado por una de las cámaras.

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