Reynosa, Tam.- Aparte del accidente vial que produjeron con resultado de varias personas lesionadas, un vehículo militar causó un tremendo embotellamiento kilométrico la tarde de ayer sobre la carretera a Rio Bravo.
De paso, para no variar, los imprudentes y agresivos militares golpearon a un reportero que en el lugar de los hechos solo llegó a cumplir con su trabajo…lástima, pues en fechas memorables para todos los mexicanos, los soldados no se merecían que les gritaran “burros”, pero ellos mismos se lo ganaron.
Fue alrededor de las 6 de la tarde del miércoles, cuando al circular a bordo de su vehículo sobre la carretera Rio Bravo-Reynosa, a la altura del congestionado tramo frente a la gasolinera de la Colonia López Portillo, la señora Sandra Luz Vidaurri, de 49 años de edad, de pronto fue embestida por una tanqueta militar, siendo impactada en su lado derecho.
Con ella viajaban las muchachas Carolina González Vidaurri, de 15 años y Karla Victoria Cabrera Gutiérrez, de 19, ambas primas, siendo la primera de las mencionadas hija de la conductora.
Precisamente Carolina González Vidaurri, estudiante del Cetis, fue quien resultó seriamente lesionada, al recibir un fuerte golpe en la cabeza, al momento en que el vehículo militar golpeó el de ellas.
El imprudente militar que conducía la tanqueta GMC tipo Vere 2002, fue identificado como Gilberto Méndez Salvador, el mismo que por el simple hecho de ser efectivo de la Secretaría de la Defensa Nacional, pudo evadir la acción de la justicia civil, con todo y que hubo una persona lesionada.
De acuerdo al peritaje realizado por el agente Jesús de la Cruz, el accidente se debió a la falta de precaución del conductor de la unidad militar, quien intentó retornarse sobre esa vialidad sin haber tomado su carril correspondiente con anticipación, lo que causó que invadiera el carril de baja velocidad de manera intempestiva, prácticamente le dio el cerrón a Sandra Luz Vidaurri.
No entienden
La actitud agresiva asumida por los militares en contra de un reportero que solo llegó al lugar de los hechos a cubrir la nota y a tomar las gráficas, para llevarse a cambio una dura patada en la parte baja de la espalda, deja clara evidencia de que los elementos castrenses no han entendido que los medios de comunicación tienen derechos, como es el acceso a la información y a la libertad de expresión.
Se equivocan los efectivos de la Sedena al pensar que los medios de comunicación son los enemigos a vencer, se equivocan voluntariamente porque saben que los reporteros no tienen en ese momento la capacidad de respuesta y por lo tanto tienen que tolerar ese tipo de agresiones cobardes de las cuales, lo único seguro, es que no van a quedar en el tintero, pues muy al contrario, se van a seguir documentando para recurrir a las instancias a las que haya que llegar.
No es justo que mientras uno ó cinco reporteros llegan a los lugares donde se originan situaciones que rompen la tranquilidad de los reynosenses, 10 ó 30 elementos militares arremetan contra los comunicadores.
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