Ellos son Alfonso Olvera Ledezma y Roberto Balmori Garza, quienes con su llegada a dichos puestos policiacos, podrían estar marcando el inicio de lo que probablemente sea el desistimiento a la decisión de militarizar a las policías de Tamaulipas.
En el ámbito de Seguridad Pública, ambos personajes son ampliamente conocidos, ya que se han desempeñado como elementos de la Policía Ministerial del Estado, lo que les ha dado la suficiente experiencia para conocer el problema de la inseguridad en Nuevo Laredo, así como los sectores más conflictivos.
De hecho Alfonso Olvera Ledezma tuvo una prolongada actuación apenas en el trienio pasado, cuando ocupó el cargo de director de Seguridad Ciudadana en la administración de Ramón Garza Barrios.
Como policía de carrera, profesionalizó su formación cursando la carrera de Derecho en la Universidad Valle del Bravo y desempeñó cargos de relevancia en la Procuraduría General de Justicia para el Estado de Tamaulipas.
Por su parte, Roberto Balmori Garza proviene de familia de servidores públicos allegados a las cuestiones policiacas y de leyes, principalmente de su padre, el conocido Comandante Balmori, de la desaparecida Policía Federal de Caminos y Puertos.
Parece ser que la idea de militarizar las direcciones de seguridad pública municipal en Tamaulipas será suspendida momentáneamente, para dar paso a mandos de formación civil, que suelen conocer más el territorio, además de tener más sensibilidad para resolver los conflictos más comunes entre la sociedad civil.
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